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Anemia: muchas veces los parasitos lastiman las paredes intestinales provocando hemorragias.
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Bajan el peso: el parásito sustrae las proteínas de la alimentación del niño, las que utiliza para producir huevos. La presencia de muchos parásitos interfiere con la absorción de nutrientes. Se ha comprobado que los niños al ser desparasitados, mejoran su peso.
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Retardan el crecimiento: pueden producir diversos grados de retardo en el crecimiento infantil.
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Bajan el rendimiento escolar: las infecciones parasitarias intestinales perjudican el rendimiento escolar, porque producen apatía, irritabilidad, y cansancio, factores que propician una reducción del rendimiento intelectual.